Los regímenes represivos tiranizan a sus propios ciudadanos y amenazan la estabilidad y el orden global. Estos depósitos del mal oprimen sistemáticamente a su propio pueblo, niegan los derechos humanos y las libertades civiles, truncan gravemente la libertad política e impiden oportunidades económicas individuales significativas. Lo peor de lo peor identifica y caracteriza los estados más odiosos del mundo y destaca qué represores son agresivos y, por lo tanto, realmente pueden llamarse pícaros.
Anteriormente, las determinaciones se basaban en criterios impresionistas inexactos. En este volumen, Robert Rotberg y sus colegas definen las acciones que constituyen la represión y proponen un método para medir las violaciones de derechos humanos. Ofrecen un índice de represión del Estado-nación, clasificando a los represores groseros, los represores altos y los represores agresivos o pícaros en una escala de diez puntos. Esta valiosa herramienta de diagnóstico, basada en el tráfico de armas y drogas, el apoyo al terrorismo, la posesión de armas de destrucción masiva y los ataques transfronterizos, guiará a la comunidad internacional en la elaboración de políticas eficaces para hacer frente a la injusticia en el mundo en desarrollo. Los represores y delincuentes perfilados incluyen a Bielorrusia, Birmania, Guinea Ecuatorial, Corea del Norte, Siria, Togo, Túnez, Turkmenistán, Uzbekistán y Zimbabwe. W lo peor de lo peor ofrece una forma transparente de decidir qué Estados represores y delincuentes son los que más merecen una atención política sólida. Medir y etiquetar explícitamente a estos estados altamente represivos es el primer paso para mejorar el bienestar de millones de los pueblos más pobres y abusados del mundo.
Los colaboradores incluyen a Margarita M. Balmaceda (Universidad de Seton Hall), Mary Caprioli (Universidad de Minnesota Duluth), Priscilla A. Clapp (Safe Ports, LLC), Yi Feng (Claremont Graduate University), Gregory Gleason (Universidad de Nuevo México), John Heilbrunn (Escuela de Minas de Colorado), Clement M. Henry (Universidad de Texas en Austin), David W.Lesch (Universidad Trinity), Marcus Noland (Instituto Peterson de Economía Internacional e Instituto de Investigación de Políticas Alimentarias Internacionales), Martha Brill Olcott (Carnegie Fundación para la Paz Internacional), Saumik Paul (Claremont Graduate University) y Peter F. Trumbore (Oakland University).