¿Cómo son las campañas de desinformación rusas y cómo podemos proteger nuestras elecciones?
A medida que avanzan las capacidades tecnológicas, la amenaza de una guerra política se está convirtiendo en una amenaza aún más grave para las elecciones democráticas. La becaria David M. Rubenstein Alina Polyakova analiza las campañas de desinformación del pasado y las herramientas de guerra política empleadas por actores extranjeros hostiles en Rusia y en otros lugares. También analiza cómo estas tácticas están influyendo en las elecciones de mitad de período y otras elecciones de EE. UU. Y qué puede hacer EE. UU. Para proteger su sistema electoral.
Uno de los objetivos de la guerra de información rusa es crear una sociedad en la que no podamos distinguir entre realidad y ficción.
El gobierno ruso se está volviendo más sofisticado en el dominio de las herramientas de la guerra política para la era digital. Esto incluye el uso de bots, trolls, microtargeting para difundir desinformación.
Las estrategias no son nuevas, pero las herramientas digitales sí lo son.
En los próximos meses veremos más campañas de desinformación, incluidos sitios web falsos que funcionan juntos como una red para difundir desinformación, personalidades y entidades falsas en Twitter y Facebook, y manipulación de los algoritmos de las redes sociales, incluidos Google, YouTube, y otros. Y realmente no estamos prestando suficiente atención a la manipulación algorítmica.
El desarrollo más aterrador que probablemente veremos en los próximos 12 a 16 meses es el uso de inteligencia artificial para mejorar las herramientas de la guerra política.
En este momento, los humanos controlan y producen entidades en línea como bots y trolls. Pero pronto, las campañas de desinformación se volverán más automatizadas, más inteligentes y más difíciles de detectar. La desinformación impulsada por la IA se dirigirá mejor a audiencias específicas; Las entidades en línea impulsadas por la inteligencia artificial podrán predecir y manipular las respuestas humanas; En algún momento, muy pronto, no seremos capaces de diferenciar entre cuentas automatizadas y entidades humanas.
Los fenómenos de las falsificaciones profundas (vídeo y audio falsos que parecen convincentemente reales) serán utilizados por actores malintencionados para engañarnos y engañarnos. Desmentir este contenido será como jugar a whack-a-mole. Esto se convertirá en una realidad mucho antes de lo que nos sentimos cómodos.
Las sociedades democráticas, incluido Estados Unidos, pueden hacer muchas cosas para vacunarse contra este tipo de herramientas de guerra política, desinformación y ciberataques.
El primer paso es lograr que el gobierno de los Estados Unidos desarrolle una estrategia de disuasión cuando se trata de una guerra política.
Actualmente no tenemos esa estrategia, porque diluimos o disolvimos las instituciones y capacidades que teníamos durante la Guerra Fría.
El segundo paso es reconocer la responsabilidad de las personas de ser consumidores más críticos de información y reconocer que la información que consumimos no es neutral, sino que a menudo es manipulada por actores malintencionados. Como ciudadanos, tenemos la responsabilidad de ser más exigentes y conscientes.