Violencia sectaria: grupos radicales impulsan el desplazamiento interno en Irak

El fuerte aumento de los ataques, secuestros y asesinatos sectarios que siguió al bombardeo del santuario sagrado chií en la Mezquita Dorada de Samarra en febrero de 2006 ha presentado a Irak un problema explosivo: el desplazamiento inducido por los sectarios. Las cifras de septiembre del Ministerio de Desplazamiento y Migración de Irak indican que la violencia sectaria de los extremistas sunitas y chiíes ha obligado a unas 39.000 familias iraquíes (234.600 personas) a huir de sus hogares desde el atentado de Samarra. Muchos desplazados han encontrado refugio con familiares y se cree que no se han registrado, lo que significa que las cifras reales pueden ser mucho más altas.





Este documento se basa en cuatro semanas de investigación de campo por parte de investigadores iraquíes en todo el país para presentar una visión de abajo hacia arriba de la violencia y el consiguiente desplazamiento. Éstos son algunos de los hallazgos:



a que hora avanzan los relojes

Los líderes de ambos lados dicen que ven la violencia y el consiguiente desplazamiento como parte de las tendencias históricas. Los líderes sunitas lo ven a la luz de lo que perciben como la opresión de la minoría sunita por parte de la mayoría chií desde 2003. Los líderes chiitas ven la violencia como la continuación de las políticas de Saddam Hussein y, en particular, sus intentos de crear un Cinturón libre de chiítas alrededor de Bagdad.



Al mismo tiempo, existe un fuerte anhelo por la ley y el orden en la sociedad iraquí. Mucha gente corriente todavía no piensa en términos de guerra civil, siempre y cuando no sea vecino contra vecino, sino matones armados que atacan a civiles. Sin embargo, la intolerancia y la desconfianza se están extendiendo, especialmente entre los jóvenes. La jerga callejera es violenta y deshumanizante. Otro tema preocupante es que las tribus de ambos lados parecen estar cada vez más inquietas: el conflicto tribal abierto entre grupos tribales agregaría una dimensión organizada, popular y rural a la violencia sectaria.



La violencia no es espontánea ni popular. Las personas desplazadas ven los frentes religiosos más extremos: la Oficina de Muqtada al-Sadr y el Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Irak (SCIRI) en el lado chií, y la Asociación de Eruditos Musulmanes (AMS) y el Partido Islámico en el lado sunita, como los principales impulsores del desplazamiento sectario. El desplazamiento claramente ayuda a promover la agenda política de estos grupos extremistas. De hecho, todos los grupos comparten objetivos comunes: consolidar su territorio, mantener a parte de 'su' gente en el territorio del 'otro' y, en el contexto de un gobierno débil, hacerse pasar por protector y proveedor.



El desplazamiento también puede influir en luchas intestinas dentro de las comunidades sectarias. Por ejemplo, es probable que la Oficina de Sadr se beneficie cuando los chiíes urbanos pobres desplazados de Bagdad (personas que probablemente apoyen a Sadr) se establezcan en áreas como Najaf y Kerbala, donde las milicias de Sadr están enfrascadas en una lucha con SCIRI. Los desplazados se convierten en peones de esta sangrienta lucha política.



Hay pocas voces de moderación. Los grupos armados radicales piden la unidad nacional al mismo tiempo que prometen la guerra total en el otro lado. Las súplicas de calma y moderación de los principales políticos son irresponsables. El actual gobierno del primer ministro Nuri al-Maliki ha demostrado hasta ahora ser incapaz de detener la violencia. El gobierno de Estados Unidos habla de la necesidad de detener la violencia, pero no está dispuesto a comprometer el capital político y las tropas necesarias para hacerlo. El único líder nacional que se ha pronunciado de manera consistente y poderosa contra la violencia y específicamente contra el desplazamiento es el Gran Ayatolá Ali al-Sistani. Pero su influencia parece estar menguando a medida que crece la de los grupos chiíes radicales y los líderes más jóvenes y de línea dura.


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El Proyecto Brookings-Bern sobre Desplazamiento Interno,


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