Señor presidente:
Es un honor testificar ante el Subcomité de Asuntos del Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes y discutir el Fondo de Inversión Social propuesto para las Américas. Creo que la propuesta de crear un fondo tiene mucho mérito. Mis comentarios se organizan en torno a dos objetivos. La primera es presentar los resultados de mi investigación en la región que contribuyan a la justificación del fondo como se indica en la enmienda propuesta. Estos hallazgos destacan la necesidad de abordar problemas urgentes y no resueltos de bienestar social y distribución de ingresos. El segundo objetivo, con base en la justificación planteada para el fondo, es brindar algunas sugerencias para estructurarlo y establecer prioridades para las actividades en las que debe invertir. Será importante ser selectivo, dada la amplitud de las necesidades de la región y la escala necesariamente limitada del fondo.
Frustración pública y fatiga de la reforma:
Justificación de un fondo de inversión social para América Latina
América Latina es una región con gran potencial. Sin embargo, ese potencial se ve comprometido por sus vastas e insatisfechas necesidades sociales. Atrás quedó el optimismo sobre el giro de América Latina hacia el mercado y el establecimiento de un gobierno democrático. En cambio, el siglo XXI ha comenzado con relatos noticiosos de una crisis tras otra, comenzando con el colapso económico de Argentina en 2001, y ahora seguida por amenazas de impagos en Uruguay y Brasil, por temores de una reacción populista en un conjunto mucho más amplio de países, y por un crecimiento débil incluso en las economías más fuertes; Se prevé que Chile, el tigre de América Latina, crezca sólo un 2,5% en 2003 y el desempleo, un 9,5%, es más alto de lo que ha sido en dos décadas. Más recientemente, uno de los reformadores democráticos más comprometidos de la región, Gonzalo Sánchez de Lozada, se vio obligado a dimitir como presidente de Bolivia en medio de una ola de protesta popular contra las políticas de mercado.