Nord Stream 2 es un gasoducto de gas natural casi terminado de Rusia a Alemania. La administración Biden se opone y ha estado bajo presión del Congreso para invocar sanciones para evitar su finalización, en gran parte porque el oleoducto parece un proyecto geopolítico dirigido a Ucrania. Sin embargo, el gobierno alemán considera el gasoducto como un proyecto comercial y parece comprometido con su finalización, quizás en los próximos meses. Las sanciones estadounidenses aplicadas a las entidades rusas hasta la fecha no han logrado detener a Nord Stream 2, lo que plantea la cuestión de si el gobierno estadounidense sancionaría a empresas alemanas y europeas por dar servicio o certificar el gasoducto. Tales sanciones provocarían controversias con Alemania en un momento en que tanto Berlín como la administración Biden buscan reconstruir buenas relaciones. Las dos partes tienen trabajo por hacer si desean evitar que Nord Stream 2 se convierta en un punto importante de la disputa entre Estados Unidos y Alemania.