Si el gobierno les dice a las personas dependientes cómo vivir hoy, ¿tendremos mañana una sociedad más autosuficiente? Esa es la cuestión fundamental, ya que el gobierno busca cada vez más supervisar las vidas de los ciudadanos pobres que dependen de él, a menudo a cambio de apoyarlos. Esta tendencia es más visible en la política de bienestar, donde la reforma del bienestar significa en gran medida intentos de exigir que los adultos que reciben asistencia trabajen o permanezcan en la escuela a cambio de ayuda. Sin embargo, también se puede ver en las políticas hacia las personas sin hogar, donde los refugios establecen cada vez más reglas para sus residentes; en educación, donde los estados han instituido estándares más estrictos para los niños; y en programas de drogas que evalúan a los adictos para verificar su cumplimiento. La tendencia en la política contra la pobreza es hacia el paternalismo: la estrecha supervisión de los dependientes.
El paternalismo ha sido una tendencia importante en la política social durante la última década y cuenta con el apoyo del público. Pero ha recibido poca atención por parte de investigadores y analistas de políticas, hasta ahora. El nuevo paternalismo abre un debate serio sobre los métodos de supervisión en la política de lucha contra la pobreza. El libro reúne a destacados expertos en políticas para examinar si los programas que establecen estándares para sus clientes y los supervisan de cerca pueden ayudarlos mejor que los programas tradicionales que dejan a los clientes libres para vivir como les plazca.
luna llena 2016 noviembre
Los capítulos separados discuten programas para promover el trabajo en el bienestar, prevenir el embarazo en la adolescencia, mejorar el pago de la manutención de los hijos por parte de los padres, albergar a los hombres sin hogar en la ciudad de Nueva York, disuadir la adicción a las drogas y mejorar la educación de los desfavorecidos. Los capítulos transversales abordan la gestión del paternalismo, las necesidades psicológicas de los adultos pobres y la tensión entre el paternalismo y la política estadounidense.
Los autores consideran ambos lados del debate sobre este controvertido tema. Varios capítulos abordan la delicada cuestión de si las organizaciones gubernamentales o privadas están en mejores condiciones para implementar programas de supervisión. Las conclusiones son optimistas pero cautelosas. La mayoría de los autores cree que el paternalismo puede hacer una contribución importante a la superación de la pobreza. Pero el paternalismo no es una panacea y exige severas exigencias a las capacidades del gobierno. Los programas de supervisión son difíciles de justificar políticamente y de implementar bien.
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Lawrence M. Mead es profesor de política en la Universidad de Nueva York y fue miembro invitado del Instituto Hoover. Fue subdirector de investigación del Comité Nacional Republicano; científico de políticas, Urban Institute; y analista de políticas, Departamento de Salud, Educación y Bienestar de los EE. UU.