Cuando no se proporcionan seguridad, servicios humanos, justicia y necesidades básicas, los estados fracasan. Debido a que estos factores son creados por el hombre, teóricamente es posible diagnosticar y corregir las deficiencias. El caso de Pakistán, sin embargo, plantea cuestiones muy diferentes y más difíciles que las generadas por un estudio del mero fracaso.
La característica más singular de Pakistán no es su potencial como estado fallido, sino la intrincada interacción entre la entidad física / política / legal conocida como el estado de Pakistán y la idea de la nación paquistaní. Pocas o ninguna otra nación-estado son más complejas que Pakistán a este respecto, ya que el estado paquistaní a menudo opera con propósitos contrarios a la nación paquistaní. El estado ciertamente ha estado fallando durante muchos años, pero la nación paquistaní también es una idea controvertida, y la tensión entre ellos es lo que hace que Pakistán sea un caso especialmente importante. Pakistán no ha cumplido ni su potencial ni las expectativas de sus fundadores, pero es demasiado grande y potencialmente demasiado peligroso para que la comunidad internacional le permita simplemente fracasar.
Desde sus inicios, se pensó que el estado de Pakistán era más que una entidad física / legal que brindaba bienestar, orden y justicia a sus ciudadanos. Pakistán iba a ser un estado extraordinario, una patria para los musulmanes indios y un líder ideológico y político del mundo islámico. Era importante proporcionar una patria para proteger a los musulmanes, una comunidad minoritaria en la India británica, del fanatismo y la intolerancia de la mayoría hindú de la India; a este respecto, Pakistán e Israel tienen fuertes paralelos. Sin embargo, el movimiento de Pakistán también miró hacia el mundo islámico en general, y los líderes de Pakistán han estado preocupados por el destino de otras comunidades musulmanas que viven bajo coacción, desde Palestina hasta Filipinas. Tanto la historia como el futuro de Pakistán están arraigados en esta dualidad, una relación compleja entre Pakistán, el estado, un territorio delimitado físicamente con personalidad jurídica e internacional, y Pakistán, la nación, cuya misión es servir como un faro para los oprimidos o atrasados. Comunidades musulmanas en otras partes del mundo. Otras causas incluyen un intento de crear un estado verdaderamente islámico dentro de Pakistán, uno que estaría guiado por las escrituras y tradiciones islámicas. Ciudadanos de diferentes convicciones políticas, sectarias y étnicas cuestionan la identidad del estado de Pakistán, que a su vez, respaldado por una poderosa capacidad con armas nucleares, puede presentar un desafío existencial para sus vecinos.
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