Estado libre de armas nucleares de Mongolia: reconocimiento frente a institucionalización

En septiembre de 1992, en un discurso ante las Naciones Unidas, el presidente de Mongolia declaró el territorio de su país zona libre de armas nucleares. La declaración fue sobre política, geopolítica y política. El contexto político en ese momento era bastante dramático: el anuncio se produjo inmediatamente después de la finalización de la retirada de las tropas soviéticas / rusas de Mongolia, el colapso de la Unión Soviética y la desaparición del comunismo tanto en Rusia como en Mongolia. Las décadas de dependencia de Mongolia de la Unión Soviética y la hostilidad hacia China estaban a punto de convertirse en historia, ya que el país se propuso normalizar sus relaciones con China y renovar las que tenían con su nuevo viejo vecino del norte.





En términos geopolíticos, se refirió a la ubicación única del país. Pocos países en el mundo, de hecho, ningún otro país en el mundo, comparten la ubicación geográfica y geopolítica única de Mongolia: el país está ubicado en la periferia de Rusia y China, sus únicos vecinos, que también son dos de los cinco países del mundo. potencias nucleares reconocidas.



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La declaración en la ONU fue uno de los primeros movimientos independientes realizados por Mongolia en la formulación de sus propios objetivos de política exterior. El concepto de zona libre de armas nucleares, mediante el cual los estados en un área territorial designada eligen, como grupo, promover su seguridad al prohibir el estacionamiento, la fabricación, las pruebas y la propiedad de armas nucleares en sus territorios (en lugar de buscar seguridad al unirse a alianzas o disfrutar de una mayor disuasión), tuvo un gran atractivo para Mongolia. Actualmente existen seis zonas de este tipo, con diferentes características específicas, todas creadas mediante acuerdos de tratados entre los Estados partes: en América Latina y el Caribe, el Pacífico Sur, el Sudeste de Asia, Asia Central y África. La Antártida también podría calificar. Los protocolos de esos tratados diseñados para la firma y ratificación por los estados poseedores de armas nucleares incluyen disposiciones que los comprometen a no usar o amenazar con usar armas nucleares contra los estados pertenecientes a zonas libres de armas nucleares. La ambición de Mongolia era convertirse en una zona libre de armas nucleares similar reconocida internacionalmente y que disfrutara de las mismas garantías de seguridad de los Estados poseedores de armas nucleares.



Como política, la iniciativa de Mongolia reflejaba la determinación del país de no permitir nunca que su territorio se utilizara como estación de estacionamiento de armas nucleares: durante la división chino-soviética, los soviéticos supuestamente habían mantenido misiles con capacidad nuclear en Mongolia. Garantizar su seguridad evitando tomar partido en una rivalidad de grandes potencias, y mucho menos en un enfrentamiento que involucre armas nucleares, fue una lección poderosa que el país había aprendido de su experiencia en la Guerra Fría. Por lo tanto, Mongolia acogió con satisfacción la normalización de las relaciones entre Rusia y China a fines de la década de 1980 y se esforzó por lograr un mayor equilibrio y buena vecindad en sus propias relaciones con estos dos países.



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