A medida que las fuerzas estadounidenses avanzaron hacia el Irak de Saddam Hussein en abril del 2003, la lucha resultó ser mucho más intensa de lo planificado. Una de las demoras inesperadas sucedió en Karbala, una ciudad de aproximadamente 550.000 habitantes a 50 kilómetros al sudeste de Bagdad. Se esperaba que fuese más fácil de apoderarse de Karbala que de la mayoría de las ciudades, ya que su población era principalmente shiíta, que por mucho tiempo estuvo en contra del dictador. De hecho, Karbala estaba considerada como una de las ciudades más sagradas del Islam Shia, ya que en 680 AD fue donde se llevó cabo una batalla histórica en la que Husayn ibn Ali, nieto del Profeta Mahoma, y toda su familia fueron asesinados.
Antes de la guerra, el Vicepresidente Cheney repetiría famosamente en muchos discursos la predicción hecha por el historiador Fouad Ajami, que las tropas norteamericanas serían recibidas con alborozo. En esa tarde de abril, no hubo tal alborozo y el ruido que inundaba el aire no era el de la música. A medida que se abrían camino, calle por calle, a través de los barrios residenciales de Karbala, las tropas de la 101avaDivisión Aerotransportada, los famosos Screaming Eagles, habían estado todo el día bajo el intenso fuego de las ametralladoras y las granadas impulsadas por cohetes (RPG, por sus siglas en inglés). La lucha armada fue seguida por más lucha armada y varios paracaidistas fueron heridos y varios vehículos, inclusive un vehículo blindado Bradley, fueron puestos fuera de servicio.
En medio de la lucha, un niño salió gateando de un callejón. Un ametrallador norteamericano vio que el niño, que más tarde se descubriría que tenía 10 años, cargaba una RPG. En un nanosegundo, en medio de balas volando hacia él, el soldado de 21 años tuvo que tomar lo que verdaderamente sería la decisión más difícil de su vida. Lo maté, dijo él más tarde, Le disparé bastantes veces. El niño cayó muerto.
Una vez terminada la batalla, y que hubo tiempo para pensar, el soldado reflexionó sobre el episodio. Cualquiera que pueda dispararle a un niño y no tenga problema al hacerlo, algo anda mal con esa persona, dijo fumándose un cigarrillo. Por supuesto que me molestó. Pero después de haber sido atacado todo el día, no importaba si era un soldado o un niño, esas RPGs son para que nos hagan daño . . . hice lo que tenía que hacer.1
Medidas para ponerle fin a la terrible doctrina de niños soldados no es tan solo una obligación moral sino un mandato estratégico. Aunque es una alianza internacional de las organizaciones no gubernamentales (ONG), la Coalición Internacional para Ponerle Fin al Uso de Niños Soldados ha logrado atraer más atención al problema; ahora los gobiernos tienen que hacer algo. Aquellos que buscan el fin de la práctica tienen que movilizarse más allá de tan sólo persuadir a aquellos que usan los niños como soldados, algo semejante a aborchornar a los que no tienen vergüenza, en cambio tienen que alterar las causas subyacentes y las motivaciones que permiten su proliferación. El Arzobispo Desmond Tudu, ganador del Premio Nobel de la Paz, dijo una vez, Es inmoral que los adultos quieran niños para que libren sus guerras. . . . Sencillamente no hay excusa, ningún argumento aceptable para armar niños.30Puede que no haya una excusa moral, pero es una oscura realidad de la guerra actual que debemos enfrentar.
La clave para ponerle fin a la práctica de usar niños soldados es reducir el fondo de reclutamiento de posibles niños soldados y limitar que los grupos en conflicto estén dispuestos y tengan la capacidad de tener acceso a ella. Entre las soluciones se encuentran invertir para acabar con la enfermedad global y los arranques de conflictos, mayor ayuda para grupos especiales que están en peligro como los refugiados y los huérfanos del SIDA, ayudar a refrenar la proliferación de las armas pequeñas ilegales a los grupos rebeldes y terroristas quienes traen niños al ámbito de la guerra, criminalizar la doctrina enjuiciando a aquellos líderes que abusan a niños de esta manera, eliminar las ganancias que se obtienen de la práctica sancionando empresas o regímenes que comercian con grupos que emplean niños soldados (inclusive empresas estadounidenses como las que comerciaban con los gobiernos liberiano y sudanes), y ofreciendo más programas de ayuda que buscan desmovilizar y rehabilitar antiguos niños soldados, de este modo poniéndole fin al ciclo. Lamentablemente, en cada una de estas áreas, ha faltado la acción de Estados Unidos, verdaderamente esta no es la actitud de un líder mundial.
En cambio, el problema de los niños a menudo se trata como un problema de seguridad secundario, pero ahora se está convirtiendo en un problema tan grave como puede ser. Los líderes políticos y militares tienen que comenzar a luchar con los difíciles dilemas que nuestros soldados están enfrentando en el campo de batalla, en lugar de continuar ignorándolos a un precio más alto. Los niños soldados ahora son una característica regular del campo de batalla moderno. La única pregunta es si las tropas estarán dotadas, capacitadas y apoyadas correctamente para lidiar con este cambio horroroso en la guerra contemporánea. La responsabilidad radica en los líderes, en el gobierno y la milicia, de hacer todo a su alcance para cambiar la proliferación de la doctrina y ponerle fin a esta terrible práctica.
Preparando a los Soldados para
Enfrentar a los Niños Soldados
Con el surgimiento de grupos que usan niños soldados, las fuerzas militares tienen que prepararse para un dilema que es tan espinoso como puede ser. Expresándolo de manera más sencilla, las tropas se encontrarán en una situación en la que enfrentarán amenazas reales y serias de opositores a quienes generalmente ellos preferirían no hacerles daño. Sin bien son jóvenes, cuando se combinan con la sencillez y letalidad cada vez mayor de las armas pequeñas modernas, los niños soldados a menudo aplican una gran amenaza militar. Por lo tanto, los comandantes de misiones tiene que preparar a las fuerzas para las decisiones difíciles que enfrentarán para poder evitar cualquier posible confusión letal en cuanto a las reglas de enfrentamiento (ROE) o los titubeos inesperados a causa de la impresión causada por la constitución de su enemigo o incertidumbre sobre qué hacer. La experiencia histórica ha demostrado una cantidad de métodos eficaces para manejar situaciones cuando las tropas profesionales son enfrentadas por estos niños soldados. Estas incluyen:
Preparación e inteligencia. En lugar de desear que el problema desaparezca, se deben crear políticas oficiales y soluciones eficaces para contrarrestar los dilemas que los niños soldados crean. Es mejor lidiar con ellos en el entrenamiento que tomar decisiones ad hoc en medio de una crisis. Al mismo tiempo, el mecanismo de inteligencia tiene que adaptarse a la amenaza y ramificaciones del niño soldado. Esto no es tan sólo importante para predecir eventos políticos y militares amplios, sino que conocer la constitución del adversario es también un factor crítico en determinar la mejor respuesta. La inteligencia deben ser sensible a dos aspectos en particular: cuál método de reclutamiento usa la oposición y el periodo de servicio del niño soldado promedio. Aquellos que emplean técnicas de secuestro o con personal reciente estarán más propensos a disolverse bajo shock que aquellos con reclutas voluntarios o con niños que han estado en servicio por muchos años.
Aceptar la amenaza. Cada vez que las fuerzas son desplegadas a una zona que se sabe hay niños soldados presentes, tienen que tomar precauciones adicionales para combatir y mantener la amenaza a una distancia. No todos los niños son amenazas y en realidad no deben ser identificados como tal, pero las medidas de protección de fuerza tienen que incluir la posibilidad—o inclusive probabilidad—de niños soldados y niños terroristas. Esto incluye cambiar las prácticas de permitir que los niños se mezclen entre los piquetes e inclusive hacer que los niños pasen por el mismo escudriño que los adultos en las garitas.
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El temor suplementa la potencia de fuego. Cuando las fuerzas traban combate con fuerzas de niños soldados, la mejor práctica ha sido mantener la amenaza a distancia y, cada vez que sea posible, inicialmente disparar para ocasionar shock. La meta debe ser maximizar la eficacia y evitar bajas costosas (y los efectos secundarios negativos resultantes) intentando desintegrar las unidades de niños, que a menudo no son fuerzas de combate unidas. En un sentido, esta es la aplicación al nivel micro de la guerra basada en efectos, pero sin la dependencia abrumadora en la alta tecnología. La artillería demostrativa y los fuegos de morteros (incluyendo el uso de humo), barreras de fuego (que dan una sensación de fluidez al peligro inminente) y pasadas de helicópteros de ataque han resultado ser especialmente eficaces en desintegrar las fuerzas de niños soldados.31
El líder es la pieza clave. Cuando son forzadas a un enfrentamiento de cerca, las fuerzas deben darle prioridad a la identificación y eliminación de cualquier líder adulto, de ser posible. La experiencia ha mostrado que su influencia sobre la unidad es a menudo el centro de gravedad y las unidades se desintegrarán si al líder adulto se le elimina de una posición de control. A medida que las fuerzas buscan eliminar la resistencia, deben enfocar su búsqueda en los líderes adultos que se escapan. No hacerlo permite que ellos probablemente reconstituyan las fuerzas y retornen al conflicto, al igual que se ha convertido en un tema recurrente en conflictos impulsados por niños soldados como en el norte de Uganda y Liberia.
Las armas no letales ofrecen más opciones. Una realización importante es que la aniquilación total del enemigo en estos casos puede realmente ser contraproducente. Por lo tanto, cada vez que sea posible, los comandantes militares y los encargados de formular la política deben analizar opciones para utilizar armamento no letal (NLW, por sus siglas en inglés) en situaciones en las que participan niños soldados. Los Generales de salón, a menudo y por ignorancia se burlan de las NLW, pasando por alto que de ninguna manera eliminan acudir a la fuerza letal. Sin embargo, su disponibilidad les provee a las tropas en campaña más opciones. Las NLWs frecuentemente son una alternativa bienvenida que no sólo podría salvar vidas en ambos lados, sino que resultan más eficaces en el cumplimiento de las metas de la misión. Lamentablemente, el diseño y distribución de esas armas está bastante atrasado. De hecho, de los tan sólo 60 estuches de armas no letales en toda la milicia de Estados Unidos, solamente seis fueron desplegados a Irak durante el primer año de la operación. Muchas operaciones internacionales de mantenimiento de paz ni siquiera tienen un estuche.
Emplear operaciones psicológicas. Las operaciones psicológicas (PSYOPS, por sus siglas en inglés) siempre deben estar integradas en los esfuerzos generales contra la resistencia local, inclusive deben ser diseñadas especialmente para unidades de niños soldados. Su meta debe ser convencer a los niños soldados que dejen de luchar, abandonen sus unidades y comiencen el proceso de rehabilitación y reintegración a la sociedad. Al mismo tiempo, se debe elaborar una estrategia que garantice que los líderes adversarios sepan que sus violaciones de las leyes de guerra se están vigilando y las terribles consecuencias que enfrentarán por usar esa doctrina. Las PSYOPS deben también buscar la manera de socavar cualquier apoyo a la doctrina dentro de la sociedad local mencionando los grandes daños que la práctica está infligiendo en la próxima generación, su contraste con las costumbres y normas locales y la falta de honradez al enviar niños a que libren las guerras de los adultos.
El seguimiento produce éxito. La derrota de una oposición basada en niños soldados no se lleva a cabo en el campo de batalla, indistintamente de cuán exitosa. Una fuerza también tiene que tomar medidas para acoger rápidamente a los niños soldados que se escapan y a los prisioneros de guerra, para así disipar cualquier mito acerca de justos castigos e inducir a otros a que también abandonen la oposición. Esto también incluye hacer ciertos preparativos para asegurar a los niños detenidos, una situación sobre la cual las fuerzas de Estados Unidos no poseen ni una doctrina ni entrenamiento, inclusive ni contar con el tamaño correcto de esposas. Una vez que los soldados se han cerciorado que los niños no presentan una amenaza, necesidades inmediatas de ropa, comida o albergue se deben proporcionar. Luego, tan pronto como sea posible, el niño debe entregarse al cuidado de profesionales de la salud o de la ONG. El negocio de encarcelar jóvenes no es la misión de la milicia y verdaderamente no es positivo para la salud de la organización.
Proteger a los nuestros. Una fuerza también tiene que velar por el bienestar de su personal. Las fuerzas deben estar preparadas para lidiar con las repercusiones psicosociales de los enfrentamientos con fuerzas de niños soldados, ya que esta es una manera adicional en la que el uso de los niños soldados coloca en desventaja a las fuerzas profesionales. Puede que las unidades requieran tratamiento especial después del conflicto e inclusive asesoramiento individual; de lo contrario, la consecuencia de estar obligado a enfrentar niños puede que a la larga socave la unión de la unidad y la eficacia en el combate.
Explicar y culpar. Los especialistas en relaciones públicas tienen que estar preparados de antemano para las repercusiones singulares de enfrentamientos de esa índole. Al explicar los eventos y cómo es que murieron niños, deben recalcar el contexto bajo el cual sucedieron y la importancia de la misión en general. El público debe estar informado de que se está haciendo todo lo posible por evitar y limitar que los niños soldados se conviertan en bajas (uso de armas no letales, operaciones psicológicas, disparar para lograr el efecto de shock, etc.). Al mismo tiempo, el público debe saber que los niños soldados, a pesar de que son niños, son igual de letales detrás de un rifle de asalto como los adultos. Más importante aún, deben tratar de culpar a quienes verdaderamente son los culpables—los líderes que no tan sólo arrastran ilegalmente a los niños a la esfera militar, sino que también los envía para que hagan su trabajo sucio.A un nivel más amplio, los gobiernos que deseen adelantarse al problema deben movilizar las Naciones Unidas, al igual que a líderes políticos locales y expertos religiosos para que condenen las prácticas por lo que son, una violación clara a la ley internacional al igual que a la cultura local y los preceptos religiosos.
A pesar de lo perturbadora que es esta tendencia, hay un resquicio de esperanza que podemos lograr mirando el pasado. Durante la larga marcha de la historia, ha habido innumerables doctrinas y modos de guerra. En algún momento se pensó que la religión podía fortalecerse haciendo llamados a la guerra. Ahora consideramos que aquellos que hicieron el llamado por las Cruzadas son extremistas. En la Edad Media, los soldados capturados no eran considerados prisioneros, sino propiedad personal que podían ser rescatados o vendidos como esclavos personales. Hace poco menos de un siglo, se consideraba una obligación, una llamada obligación del hombre blanco de invadir otras tierras para civilizarlas o, más honradamente, convertirlas en colonias.
Esperamos que la doctrina del niño soldado algún día se una a esas prácticas de guerra que han quedado en el pasado. Quizás la historia recordará este periodo como una aberración, una fase corta donde las normas morales fueron interrumpidas, pero que se restauraron rápidamente. Pero eso sólo sucederá si igualamos la voluntad de esos líderes de hacerles tanto daño a los niños, con nuestra voluntad de hacer el bien.
Notas:
1. Matthew Cox, La guerra es aún más fea cuando un niño es el enemigo, EE.UU. Hoy en día , 8 de abril de 2003.
2. T.W. Bennet , El uso de niños en conflictos armados: ¿una tradición africana legítima? (Essex: Instituto de Estudios de Seguridad, 2000). http://www.essex.ac.uk/armedcon/Issues/Texts/Soldiers002.htm.
3. John Paden, Cultura cívica musulmana y resolución de conflictos , El desafío del federalismo democrático en Nigeria, (Washington, DC: Brookings Institution Press, 2005), 127
4. Informe sobre la batalla de New Market Virginia y sus consecuencias, parte 1, 15 de mayo de 1864, Informe anual de VMI, julio de 1864. http://www.vmi.edu/~archtml/cwnmrpt.html.
5. Guido Knopp, Los hijos de Hitler (Munich: C. Bertelsmann, 2000); Philip Baker, Juventud liderada por jóvenes (Londres: Vilmor Publications, 1989).
6. Para más detalles sobre figuras de niños soldados consultar Singer, P.W. Niños en guerra (New York: Pantheon, 2005), en particular el capítulo 2.
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7. Marie Colvin y James Clark. Cómo el ejército de alta tecnología se recuperó de Law of the Jungle y ganó, El Sunday Times , 17 de septiembre de 2000, Internet, http: //www.sunday times.co.uk/news/pages/sti/2000/09/17/stifgnafr03003 .html.
8. Adolescente palestino detenido con chaleco antibalas, CNN , 25 de marzo de 2004.
9. Yellow Air, la bomba H palestina. Relaciones Exteriores , Julio de 2002, pág. 5; CSC, Informe 1379 , 2002, 54; Suzanne Goldenberg, Una misión para asesinar, El guardián , 11 de junio de 2003; Johanna Mcgeary, Dentro de Hamas, Hora , 28 de marzo de 2004.
10. Departamento de Estado de EE. UU., Informe de derechos humanos , 1997, sección Colombia. UNICEF-Columbia, Informe de situación, 22 de abril de 2003.
11. Rohan Gunaratna, niños combatientes del LTTE. Revisión de inteligencia de Jane , Julio de 1998.
12. Human Rights Watch, Aprenderás a no llorar Septiembre de 2003, 4-5. Karl Penhaul, Fuerza de Niños Soldados de Colombia, Boston Globe , 4 de marzo de 2001.
13. Jan Mckirk, Brutality of Child Army Shocks Colombia, El independiente , 2 de mayo de 2001.
14. La Coalición para Detener el Uso de Niños Soldados, El Uso de Niños Soldados en América: Panorama General. http://www.child-soldiers.org; Human Rights Watch, Niños soldados usados por todos los lados en el conflicto armado de Colombia, Comunicado de prensa, Nueva York, 8 de octubre de 1998. http://www.hrw.org/hrw/press98/oct/childsold1008. htm.
15. Coalición para Detener el Uso de Niños Soldados, Apelación de Acción: Colombia, septiembre de 2002; Noticias del ACNUR, 21 de mayo de 2002.
16. Human Rights Watch, Aprenderás a no llorar Septiembre de 2003, 64.
17. National Roundup, Miami Herald, 23 de abril de 2003; Human Rights Watch, U.S. Guantánamo Kids at Risk, 24 de abril de 2003; Bruce Auster y Kevin Whitelaw, Bloque de celdas del terror, U.S. News and World Report , 12 de mayo de 2003; Michelle Faul, EE. UU. Defiende la detención de adolescentes, Associated Press , June 28, 2003. Las edades de los jóvenes detenidos eran 13, 14, 15 y 16 años. Hay una cifra agregada desconocida entre los 16 y los 18 años que Estados Unidos ha mantenido dentro de la población adulta en general, contrario a las leyes de EE.UU. y las leyes internacionales sobre cómo los niños deben ser tratados por la ley.
18. Hancy Gibbs, Inside The Wire. Hora , 8 de diciembre de 2003.
19. Entrevistas del autor con oficial del Ejército de Estados Unidos, marzo del 2004; Keith Richburg, Taliban Maintains Grip Rooted in Fear, El Correo de Washington , 9 de agosto de 2004, 9.
donde nació la reina victoria
20. Matthew Cox, La guerra es aún más fea cuando un niño es el enemigo, EE.UU. Hoy en día , 8 de abril de 2003; Informe: Marines heridos en combates el miércoles por la noche en Irak, AP , 27 de marzo de 2003; Alex Perry, When Kids Are in the Cross Hairs, Time, 21 de abril de 2003.
21. Mary Beth Sheridan, en busca de ayuda para reconstruir Mosul, Estados Unidos se dirige a sus antiguos enemigos, El Correo de Washington , 25 de abril de 2003.
22. Tácticas, técnicas y procedimientos del enemigo (TTP) y recomendaciones, 3rdDocumento informativo del Comando de Apoyo Corporativo, LSA Anaconda, Iraq, septiembre de 2003; Joseph Galloway, herido aún llegando al Hospital del Ejército, Charlotte Observer , November 3, 2003; entrevistas con oficiales del Ejército de Estados Unidos durante noviembre-diciembre de 2003.
23. Según citado en Child Soldiers Square Up to U.S. Tanks, London Daily Telegraph , 23 de agosto de 2004.
24. Según citado en Child Soldiers Square Up to U.S. Tanks, London Daily Telegraph , 23 de agosto de 2004.
25. Neil Mackay, Niños prisioneros de Iraq, Domingo Heraldo, 1 de agosto de 2004; Richard Sisk, adolescente detenido, EE. UU. Admite menores en Abu Ghraib, Noticias diarias de Nueva York , 15 de julio de 2004. El Teniente Coronel del Ejército de los Estados Unidos Barry Johnson, según citado en Richard Sisk, Teen Held, U.S. Admits Juveniles in Abu Ghraib, Noticias diarias de Nueva York , 15 de julio de 2004.
26. UN Population Fund, Estado de la población mundial (Nueva York: UNFPA, 2003), pág. 8.
27. Según citado en Child Soldiers, Radio Holanda , 21 de enero de 2000. http://www.rnw.nl/humanrights/html/general.html.
28. Ibíd.
29. Según citado en Child Soldiers, Radio Holanda , 21 de enero de 2000. http://www.rnw.nl/humanrights/html/general.html.
30. Marten Meijer PhD, Transactional Analysis of Child Warriors As the Opposing Force, Panel Ejecutivo del Panel de Medicina y Factores Humanos, Agencia de Investigación y Tecnología de la OTAN, documento preliminar, 2007.
31. Archbishop Desmond Tutu, según citado en palabras pronunciadas en Niños y la Unidad de Conflicto Armado, un proyecto conjunto del Children’s Legal Centre (Centro Jurídico de los Niños) and the Human Rights Centre of the University of Essex (Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Essex) en 1999. Ver The Coalition to Stop the Use of Child Soldiers, en línea en