La jihad internacional ha experimentado una revolución interna total en los últimos años. La dramática aparición del Estado Islámico (EI) y su proclamación de un Califato significa que el mundo ya no se enfrenta a una amenaza yihadista sunita, sino a dos, mientras EI y Al Qaeda compiten en el escenario global. ¿Cuál es la relación entre los grupos y en qué se diferencian sus modelos? ¿Es sostenible la rápida expansión organizativa de IS? ¿Puede Al Qaeda adaptarse y responder?
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En un nuevo documento de análisis del Brookings Doha Center, Charles Lister explora las respectivas evoluciones y estrategias de al-Qaida y el Estado Islámico. Sostiene que al-Qaida y sus afiliados ahora están jugando un juego largo al tratar de construir alianzas y desarrollar raíces profundas dentro de sociedades inestables y reprimidas. El EI, por otro lado, busca desestabilizar la dinámica local para poder tomar rápidamente el control del territorio.
Lister encuentra que la competencia entre IS y Al Qaeda por la supremacía yihadista continuará y probablemente incluirá más ataques terroristas en Occidente. En consecuencia, pide que se sigan teniendo como objetivos a los líderes de al-Qaida, la interrupción de las actividades financieras yihadistas y mayores esfuerzos de inteligencia nacional y contrarradicalización. Sin embargo, Lister concluye que se debe abordar la inestabilidad estatal en todo el mundo musulmán o los yihadistas continuarán prosperando.