La elección de Donald Trump en un momento de intereses crecientes y convergentes entre India y Estados Unidos requiere una reevaluación de varios aspectos de la política interior y exterior de la India. Este documento identifica cuatro áreas en las que la elección de Trump afecta los intereses de la India: las relaciones bilaterales (que abarcan el comercio, la inversión, la inmigración y la cooperación tecnológica), el equilibrio de poder asiático, el contraterrorismo y la gobernanza global. Sostiene que la India debe continuar comprometiéndose con la administración Trump y otras partes interesadas en los Estados Unidos, incluido el Congreso de los Estados Unidos, los gobiernos estatales y el sector privado, en todas estas áreas. Nueva Delhi debe intentar convencer a Washington de que el ascenso de India redunda en interés de Estados Unidos. Esta idea proporcionó la lógica subyacente detrás del compromiso de las administraciones de Clinton, Bush y Obama con India, pero será más difícil de sostener dadas las nuevas realidades e impulsos políticos de Estados Unidos.
Al mismo tiempo, India debe asegurarse contra la perspectiva de una América más normal, un desequilibrio de poder en Asia-Pacífico, prioridades contraterroristas divergentes y un vacío relativo en la gobernanza global. Si bien en muchos casos el poder estadounidense no puede ser reemplazado o replicado por completo, India no tendrá más remedio que invertir en relaciones con otros países para lograr los resultados deseados, mientras proyecta con más fuerza su propia influencia y liderazgo. Esto significará profundizar las relaciones económicas, sociales y tecnológicas bilaterales con países como Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, China y Rusia, así como con potencias más pequeñas como Israel, los Emiratos Árabes Unidos, Singapur, Canadá y Australia, especialmente en áreas donde cuentan con ventajas comparativas. Además, Nueva Delhi debe redoblar su política Act East para preservar un equilibrio de poder favorable en la región del Indo-Pacífico. Esto significará mejorar sus capacidades militares, profundizar sus asociaciones de seguridad del Indo-Pacífico, asumir un mayor liderazgo regional, desarrollar la conectividad hacia el este y participar más activamente en las instituciones asiáticas, incluso mientras continúa buscando oportunidades para una cooperación económica y comercial sostenible con China. En contraterrorismo, India tendrá que convencer a Estados Unidos de que adopte políticas que obliguen al estado paquistaní a detener su apoyo y tolerancia a los grupos terroristas. India también debe considerar la posibilidad de contribuir más en términos militares para apoyar al gobierno afgano en Kabul. Por último, sin albergar expectativas poco realistas, la India debe continuar sus esfuerzos para avanzar en su entrada en las instituciones principales de la gobernanza global, a fin de posicionarse para desempeñar el papel de una potencia líder.