La innovación es un motor clave del crecimiento de la economía. Las empresas innovadoras desarrollan procesos de fabricación mejorados y crean productos nuevos y menos costosos para los consumidores. Durante décadas, el gobierno federal ha apoyado el crecimiento de la innovación a través de regulaciones y políticas fiscales. A nuevo reporte de la Oficina de Presupuesto del Congreso proporciona información sobre los desafíos que enfrenta en sus esfuerzos por impulsar nuevas innovaciones.
Para comprender mejor el esfuerzo realizado hacia la I + D federal, es necesario examinar algunas tendencias. En términos de dólares de 2013, las inversiones del gobierno federal han tendido al alza con el tiempo. El gasto en esta área se ha multiplicado por más de 100 entre 1949 y 2013, pasando de 940 millones de dólares a 132.000 millones de dólares. Sin embargo, las cifras brutas en dólares oscurecen el tamaño real de la inversión. En términos de porcentaje del PIB, las inversiones federales en I + D han disminuido a lo largo de los años. El gasto federal como porcentaje del PIB ha disminuido en más de la mitad desde una altura de 1,92 por ciento en 1964 a 0,86 por ciento en 2013. La industria ha recuperado la holgura de las reducciones en los gastos federales en I + D. El gasto en I + D no federal (casi en su totalidad en la industria) representa ahora alrededor del 2 por ciento del PIB.
El Informe CBO sugiere varias políticas que podrían ayudar a incrementar la innovación. Los topes sobre el gasto discrecional imponen actualmente restricciones estrictas a la financiación disponible para I + D. Las reglas dan forma a cómo los legisladores toman decisiones sobre apropiaciones. En dólares reales, se proyecta que el gasto en I + D se mantendrá relativamente constante durante los próximos 10 años, pero a medida que la economía crezca, los niveles de financiación como porcentaje del PIB seguirán reduciéndose. Esta presión continua podría significar que el sector privado carecería de la capacidad para reemplazar estos fondos y el nivel general de financiamiento podría disminuir. Para evitar este escenario, se necesitan cambios en la forma en que el Congreso asigna los fondos de I + D.
El Informe CBO También sugiere que la transferencia de invenciones individuales de los laboratorios federales al sector privado es una estrategia que podría apoyar la innovación en la economía. Los científicos e ingenieros que trabajan en los laboratorios federales son expertos en sus campos y se destacan en el desarrollo de nuevas tecnologías. Las tecnologías desarrolladas en los laboratorios federales representan aproximadamente un tercio de productos innovadores. El sector privado tiene mayor experiencia en diseño, marketing y otras actividades relacionadas con la creación de un producto exitoso.
Una propuesta final implica que el gobierno federal respalde las nuevas tecnologías convirtiéndose en su primer cliente. El gobierno fue una de las primeras organizaciones en instalar circuitos informáticos, lo que fue una bendición para la industria naciente. Una virtud de esta estrategia es que puede ayudar a reducir el precio de la tecnología cara a medida que las empresas aumentan la producción. Esta estrategia se complica por la política presupuestaria actual. Tal estrategia requeriría quizás decenas de miles de millones en nuevos gastos. Aún más dañino desde una perspectiva política es que los primeros productos podrían tener fallas de diseño que crean la percepción de un gasto público derrochador.
Elegir las mejores políticas para promover la innovación es extremadamente difícil. Predecir qué campos u organizadores serán innovadores es una tarea peligrosa que resultará en el fracaso más a menudo que en el éxito. Por lo tanto, arrojar dinero al problema es una estrategia ineficaz. A pesar de los complejos riesgos que implican las inversiones en I + D, los expertos tienen la sensación de que el gobierno federal debe adoptar un enfoque más enérgico. La innovación continua fue esencial para el crecimiento de la economía estadounidense durante el siglo pasado. Otras restricciones a la I + D federal podrían representar una seria amenaza para esa ventaja.
Yikun Chi contribuyó a esta publicación.