Muchos países se enfrentan al desafío de descarbonizar sus sectores energéticos, pero Alemania y Japón destacan en su enfoque. Estas dos potencias económicas mundiales y las principales economías exportadoras están emprendiendo una transformación drástica de sus carteras de electricidad, caracterizadas principalmente por alejarse de la energía nuclear y avanzar hacia el despliegue a gran escala de energías renovables. La Energy Security Initiative (ESI) ha completado recientemente un esfuerzo de investigación que examina cada país en un nuevo resumen de políticas publicado hoy.
En nuestras discusiones con las partes interesadas en ambos países, surgieron cuatro temas comunes.
También hay diferencias significativas entre los dos países. La dependencia de Japón de las importaciones de energía en el sector eléctrico es mucho mayor que la de Alemania, y actualmente hay mucho más debate e incertidumbre en Japón sobre el establecimiento de objetivos y la implementación de la política energética general, específicamente el papel futuro de la energía nucleoeléctrica. Además, Alemania es un sector eléctrico completamente desagregado con sólidos mercados mayoristas y minoristas, una amplia competencia e interconexiones con sistemas vecinos y mercados regionales. De hecho, un desafío exclusivo de Alemania, en relación con Japón, es el de la coordinación con los sistemas vecinos y la integración con el mercado eléctrico europeo en general.
Japón tiene un mercado regulado dominado por servicios monopolísticos integrados verticalmente, interconexiones limitadas entre los territorios de servicio de los servicios públicos (debido a un sistema eléctrico basado en dos frecuencias), ausencia de interconexiones con los mercados de los países vecinos y restricciones geográficas (área de tierra adecuada limitada ) que hacen que la transición a niveles más altos de energía renovable variable sea muy desafiante. Para abordar esta situación, el gobierno japonés tiene como objetivo niveles mucho más altos de energía renovable y ha introducido un ambicioso plan para reestructurar drásticamente el sector eléctrico.
Las discusiones de ESI con las partes interesadas en Alemania y Japón revelaron que estos problemas de política, diseño de mercado, reglamentarios, técnicos y relacionados con la infraestructura deben abordarse temprano y de manera cohesiva y continua para integrar altos niveles de capacidad renovable. Tanto la experiencia alemana como la japonesa ilustran cuán desafiantes son estos problemas, pero Alemania también demuestra que se pueden abordar de una manera que permita que las energías renovables desempeñen un papel mucho más importante en la cartera de electricidad del futuro.