El nuevo Pacto del G-20 con África: una iniciativa prometedora que requiere un compromiso sostenido

En su reunión en Hamburgo del 7 al 8 de julio, los líderes del G-20 lanzarán formalmente el nuevo Pacto del G-20 con África —El programa insignia de África de la presidencia alemana del G-20. Si bien ha habido una larga historia de iniciativas del G-7 relacionadas con África, esta es la primera iniciativa importante de este tipo entre el G-20 y África. Dada la composición más amplia del G-20, la iniciativa incluye a todos los socios económicos importantes de África, en particular China.





El Pacto con África (CWA) establece una asociación estructurada entre los países africanos voluntarios y el G-20 con la inclusión de socios multilaterales y bilaterales clave y, también muy importante, el sector privado. La CWA tiene como objetivo servir como una plataforma habilitadora para impulsar la inversión privada y cerrar la gran brecha de inversión, especialmente en infraestructura. Hasta ahora, siete países africanos ya se han sumado a la iniciativa: Côte d’Ivoire, Ghana, Etiopía, Marruecos, Ruanda, Senegal y Túnez.



sirena fuera del agua

Varias características novedosas de la iniciativa CWA aumentan su probabilidad de éxito. En primer lugar, la CWA está anclada en la agenda 2063 de la Unión Africana y en las aspiraciones de cada país bajo la agenda de desarrollo 2030, enfatizando la apropiación del país: los países participantes tienen total autonomía sobre los programas y proyectos en sus pactos. Este enfoque hecho a medida mantiene la participación en la CWA en consonancia con las propias agendas de desarrollo del país. Asimismo, la participación es voluntaria y viene acompañada de un compromiso claro por parte de las autoridades locales de promover reformas que fomenten marcos macroeconómicos, comerciales y financieros sólidos, los tres pilares del programa. Por último, reunir al G-20, las organizaciones financieras internacionales, el sector privado, los países africanos y otros socios para coordinar esfuerzos en torno a un objetivo bien definido es una característica importante y prometedora de la iniciativa.



Sin embargo, al igual que con cualquier programa, la CWA no está exenta de riesgos. Dado que se trata de un programa de mediano a largo plazo, el requisito más importante es el compromiso sostenido y la continuidad durante los próximos años, tanto por parte de los gobiernos africanos como del G-20 y otros socios para el desarrollo.



La presidencia del G-20 cambia cada año, y cada nueva presidencia tiene la discreción sobre la elección de los temas a enfatizar. A fines de este año, Argentina asume la presidencia del G-20, y los primeros indicios apuntan a que la CWA seguirá ocupando un lugar destacado en la agenda. Sin embargo, más allá del próximo año, no está claro si la CWA permanecerá enfocada y mantendrá el impulso que ha obtenido. Para mejorar aún más las posibilidades de éxito, es necesario un compromiso a largo plazo, que incluya perfeccionar y ajustar el programa según sea necesario sobre la base de las lecciones aprendidas de la implementación de los primeros casos. Además, será valioso reforzar la estructura del G-20 para garantizar la continuidad operativa.



Los riesgos de continuidad no solo residen en el lado del G-20. Los países africanos experimentan cambios en las administraciones y los riesgos políticos asociados, así como la naturaleza desafiante de algunas de las reformas necesarias, podrían socavar sus compromisos con el pacto. También se necesitan fuertes mecanismos de coordinación, tanto a nivel nacional como entre países. Por necesidad, la implementación de la CWA requerirá alineación y coordinación efectiva de esfuerzos en cada país con programas y responsabilidades bien articulados. También es necesaria la coordinación a nivel del G-20 con la participación de socios de desarrollo clave para garantizar el impulso y el apoyo colectivos, incluida la solución de las brechas en las acciones y el financiamiento.



Al hacer de los problemas de África una prioridad importante en el G-20, la canciller Merkel y Alemania han mostrado liderazgo en los esfuerzos por desbloquear el potencial de África en un momento en que la cooperación internacional está siendo atacada en algunos rincones. Hasta ahora, su objetivo de acercar a África al centro del escenario ha sido un éxito. ¿Qué pasa con la propia CWA?

Por diseño, la CWA asigna la propiedad y la responsabilidad a los países africanos. Esto indica un cambio de paradigma positivo en la cooperación con África. En particular, dependerá de los responsables políticos africanos convencer al sector privado, tanto en el país como en el extranjero, de que el perfil de riesgo-rendimiento de sus proyectos de inversión es lo suficientemente atractivo.



primer explorador en circunnavegar el mundo

Si bien podría ser demasiado pronto para evaluar si la CWA tendrá éxito, la iniciativa tiene el potencial de encender un círculo virtuoso de acciones nacionales e inversión privada a gran escala con apoyo internacional. Su éxito debería alentar a otros países a unirse con el objetivo final de transformar todas las partes del continente. El caso de optimismo en la CWA es más fuerte que el caso de pesimismo. Quizás parte del escepticismo preventivo sobre la CWA refleja la experiencia pasada. Cuando se trata de África, no hay escasez de iniciativas; en realidad hay más de 100 recientes. Esta proliferación de iniciativas da fe de la escala y diversidad de los desafíos económicos del continente, pero quizás también de una coordinación y continuidad insuficientes para asegurar el éxito de cada nueva iniciativa. La coordinación es una novedad fundamental y una fortaleza de la CWA. Con su lanzamiento exitoso, el desafío es generar impulso y gestionar el riesgo de continuidad.