Esta semana, El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, presenció la firma de dos acuerdos de inversión entre la Corporación de Inversión Privada en el Extranjero (OPIC) —la agencia estadounidense a cargo del financiamiento del desarrollo— y dos empresas en Kenia, por un monto total de casi $ 238 millones en financiamiento para Kenia.
El primer acuerdo, firmado entre OPIC y Kipeto Wind Energy Company en apoyo de la Iniciativa Power Africa de EE. UU., desbloqueó $ 232 millones en financiamiento para una planta de energía eólica de 100 megavatios al sur de Nairobi. El segundo acuerdo fue firmado entre OPIC y Twiga Foods y cubrió $ 5 millones en financiamiento para expandir la red de distribución de Twiga Foods . El presidente Kenyatta aplaudió el compromiso de Twiga Foods en el sector agrícola de Kenia, destacando la necesidad de mejorar la seguridad alimentaria y aumentar los salarios agrícolas en Kenia.
Como se ve en la Figura 1, Estados Unidos ha sido un socio de larga data con Kenia en términos de inversión extranjera directa, aumentando su stock de IED en el país de $ 73 millones en 2002 a $ 259 millones en 2012 (y alcanzando casi $ 400 millones en 2011), según Datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
La seguridad alimentaria es uno de los cuatro pilares clave que se incluyen en la agenda económica de los Cuatro Grandes del gobierno, junto con la creación de empleo en el sector manufacturero, la vivienda asequible y el acceso universal a la atención médica. El presidente Kenyatta enfatizó además el objetivo de su administración de mejorar las condiciones para hacer negocios para permitir el desarrollo del sector privado. Kenia ha hecho un progreso considerable en la mejora del entorno empresarial del país, como lo indica el salto del puesto 136 al 80 en la clasificación de Facilidad para hacer negocios del Banco Mundial entre 2014 y 2018. Cabe destacar que la economía de Kenia ha mantenido un alto crecimiento con un promedio del 5,5 por ciento en los últimos cinco años, a pesar de la la incertidumbre política en torno a las elecciones del año pasado, así como las condiciones de sequía que afectaron la productividad en la agricultura entre otros sectores.