Estados Unidos y Europa deben defender la democracia liberal a nivel mundial asegurándose primero de que sus propios sistemas democráticos estén a la altura de sus propios principios.
La Cumbre para la Democracia planeada por el presidente electo Biden en 2021 es una oportunidad importante para demostrar que la salud democrática depende de la participación plena de mujeres y niñas en el hogar y en todo el mundo.
Puede parecer impensable y, sin embargo, hay mucho de qué preocuparse.
¿Son el estado de derecho y la libertad de prensa tan fuertes como necesitamos?
A menudo se piensa que los referendos y la democracia directa socavan los sistemas democráticos, pero una mirada más cercana revela que lo contrario también puede ser cierto.
Si bien el periodismo cambió drásticamente después del 11 de septiembre de 2001, la causa fue una revolución de las comunicaciones radical en lugar de los ataques en sí mismos, escribe Marvin Kalb.
El autoritarismo ha vuelto como fuerza ideológica y estratégica. Y vuelve justo en el momento en que el mundo liberal está sufriendo una gran crisis de confianza.
Hasta ahora, la democracia japonesa ha eludido las tentaciones del populismo, pero la falta de una oposición política significativa puede estar socavando la salud de la política electoral del país.
Estados Unidos tiene influencia para presionar al presidente tunecino Kais Saied para que devuelva a su país a la gobernanza democrática, pero su reacción a su aparente golpe de Estado ha sido silenciada. La administración Biden puede estar volviendo a una tradición estadounidense de retórica elevada y acción limitada sobre la democracia en el extranjero.
Tamara White resume los hallazgos sobre las tendencias de gobernanza de Foresight Africa 2021.
El tiempo dirá si el nuevo presidente de México está alterando la política mexicana de una manera que ayude o perjudique la democracia del país.