La democracia no genera crecimiento

¿Provoca la democracia más prosperidad y crecimiento económicos? Esta pregunta se remonta al debate de Platón y Aristóteles sobre qué forma de gobierno aporta más beneficios políticos y económicos a la sociedad. Sin embargo, después de más de dos milenios, no parece haber un consenso claro acerca de si la democracia (en sí misma) genera más crecimiento económico en comparación con otras formas de gobierno más autocráticas.





Responder a esta importante pregunta se ha convertido en una cuestión de naturaleza empírica. Por un lado, la investigación que se basa en comparaciones entre países ha cuestionado la relevancia de la democracia en el crecimiento económico. Para contrarrestar estos, los estudios económicos más recientes que se basan en datos de panel en realidad tienden a respaldar la teoría de un efecto considerable de la democracia en el crecimiento económico.



De hecho, la Figura 1 muestra esta regularidad empírica para 38 transiciones democráticas durante la llamada Tercera Ola de Democratización y la democratización que siguió a la caída del comunismo a principios de la década de 1990. La tasa de crecimiento anual promedio per cápita aumenta alrededor de medio punto porcentual luego de una transición democrática. Representado por líneas rojas, el crecimiento después de la democratización es estadísticamente mayor que antes de la transición (-0,01 por ciento frente a -0,44 por ciento, respectivamente). Si bien es pequeño a primera vista, el efecto compuesto de esta diferencia reduciría en un tercio el tiempo necesario para que este grupo de países converja hacia los niveles de ingresos de la OCDE. La evidencia mostrada en la Figura 1 parece mostrar que, tomada al pie de la letra, la democracia tiene un efecto considerable sobre el crecimiento económico.



Figura 1. PIB real p.c. crecimiento en torno a las transiciones democráticas

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Sin embargo, a pesar de esta evidencia, existe una extensa investigación en ciencias políticas que indica que las consideraciones de endogeneidad (es decir, causalidad inversa) pueden estar en juego aquí y, por lo tanto, la agitación económica es responsable de causar o facilitar muchas transiciones democráticas. Bajo este punto de vista, la tasa de crecimiento más baja (¡y negativa!) Que se muestra en la Figura 1 antes de la transición democrática puede indicar que el mal desempeño económico empujó o catalizó el fin de los regímenes autocráticos. Por ejemplo, muchos académicos señalan los choques petroleros de la década de 1970, la expansión relacionada de los préstamos internacionales y las posteriores crisis de deuda como el origen de la ola de democratización de la década de 1980 en América Latina.



En otras palabras, la asociación positiva entre democracia y crecimiento económico representada en la Figura 1 podría reflejar que la democracia causas más crecimiento económico (el argumento impulsado por estudios económicos recientes), que la agitación económica causas el surgimiento del gobierno democrático (el argumento impulsado por una extensa investigación en ciencias políticas) o, hasta cierto punto, ambos. Aunque desenredar esta causalidad no es una tarea fácil, comprender el verdadero impacto de la democracia en el crecimiento económico sigue siendo crucial.



Asumimos el desafío en nuestro estudio reciente La democracia no causa crecimiento: la importancia de los argumentos de endogeneidad. Para resolver este acertijo de endogeneidad, proponemos una nueva estrategia de identificación basada en una nueva encuesta mundial realizada a 165 expertos en democracia. En una instantánea, el estudio utiliza las respuestas de los expertos en democracia a una serie de preguntas categóricas y abiertas sobre las fuerzas subyacentes que dieron origen a la democracia en cada país. Con base en este enfoque, las transiciones democráticas se clasificaron en aquellas que ocurren por razones relacionadas con la agitación económica, que llamamos endógenas, y aquellas basadas en razones más exógenas (al crecimiento económico) que incluyen, entre otras, la muerte de un líder autocrático y político / institucional. argumentos.

La Figura 2 recrea la Figura 1 dividiendo a los países en democratizaciones exógenas (Panel A) y endógenas (Panel B).



GRÁFICO 2. PIB REAL P.C. CRECIMIENTO EN TORNO A LAS TRANSICIONES DEMOCRÁTICAS: EXÓGENO VS. TRANSICIONES DEMOCRÁTICAS ENDÓGENAS

Panel A. Transiciones democráticas exógenas

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Panel B. Transiciones democráticas endógenas
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La evidencia de la Figura 2 muestra que la democracia no causa crecimiento . El panel A muestra que las democratizaciones exógenas (aquellas que no están contaminadas por preocupaciones de endogeneidad) no tienen ningún efecto sobre el crecimiento económico. Representado por líneas rojas, las tasas de crecimiento antes y después de la democracia son estadísticamente iguales.



Como corolario, el Panel B muestra que el efecto de la democracia sobre el crecimiento económico está impulsado por democratizaciones endógenas. En otras palabras, la asociación positiva común entre democracia y crecimiento económico está impulsada por la inclusión errónea de transiciones democráticas endógenas para estimar el efecto de la democracia en el crecimiento económico (que, a su vez, dan la falsa impresión de que la democracia provoca más crecimiento).



En resumen, mostramos que un examen más detenido de las consideraciones de endogeneidad genuina indica que, contrariamente a los hallazgos recientes, lamentablemente la democracia no parece ser la clave para desbloquear el crecimiento económico.