Después de la liberación de Mosul, es poco probable que ISIS gobierne Irak en el corto plazo; sin embargo, el predominio de los grupos de milicias chiítas deja al país en un estado volátil. Estos grupos de milicias tienen múltiples identidades y complejidades con diferentes grados de integración en el estado iraquí, compromiso con la comunidad internacional y cooperación con Irán. La plétora de grupos ha dado lugar a múltiples enfrentamientos y rivalidades entre las milicias, lo que desestabiliza aún más a Irak.
Conteniendo milicias chiítas: la batalla por la estabilidad en Irak
En esta sesión informativa sobre políticas del Brookings Doha Center, Ranj Alaaldin ofrece una estrategia centrada en ayudar a los iraquíes a reducir el espacio en el que operan las milicias chiítas mediante el establecimiento de un entorno y una cultura de responsabilidad. Recomienda que Estados Unidos debe desviar recursos de la élite política iraquí hacia los elementos chiitas comunales de milicias, tribus y figuras clericales alineadas con el estado. En segundo lugar, los recursos internacionales deberían ayudar a empoderar a los actores locales, como las ONG iraquíes, las organizaciones humanitarias y los actores de la sociedad civil, que están mejor posicionados para influir en las milicias para que se adhieran a las normas internacionales. En tercer lugar, dado que las milicias pueden fallar en la gobernanza y la administración, es fundamental revitalizar las instituciones estatales y las fuerzas de seguridad iraquíes para que puedan proporcionar servicios básicos a los civiles y reactivar la economía.