Inteligencia artificial en la guerra: el juicio humano como fuerza organizativa y responsabilidad estratégica

RESUMEN EJECUTIVO

La inteligencia artificial tiene el potencial de cambiar la conducción de la guerra. El entusiasmo reciente por la IA está impulsado por los avances en la capacidad de inferir predicciones a partir de datos. Sin embargo, esto no significa necesariamente que las máquinas puedan reemplazar a los tomadores de decisiones humanos. La efectividad de la IA depende no solo de la sofisticación de la tecnología, sino también de las formas en que las organizaciones la utilizan para tareas particulares. En los casos en que los problemas de decisión están bien definidos y se dispone de abundantes datos relevantes, es posible que las máquinas reemplacen a los humanos. En el contexto militar, sin embargo, tales situaciones son raras. Los problemas militares tienden a ser más ambiguos mientras que los datos confiables son escasos. Por lo tanto, esperamos que la IA mejore la necesidad de que el personal militar determine qué datos recopilar, qué predicciones hacer y qué decisiones tomar.





La complementariedad de la predicción mecánica y el juicio humano tiene importantes implicaciones para las organizaciones y la estrategia militares. Si los sistemas de IA dependerán en gran medida de los valores e interpretaciones humanos, entonces incluso el personal más joven deberá poder entender las consideraciones políticas y el contexto local para guiar a la IA en situaciones operativas dinámicas. Sin embargo, esto a su vez generará incentivos para que los adversarios contrarresten o socaven las competencias humanas que respaldan las ventajas militares habilitadas por la IA. Si la IA se vuelve buena para predecir la solución a un problema dado, por ejemplo, un adversario inteligente intentará cambiar el problema. Como tales, los conflictos habilitados por la IA tienen el potencial de prolongarse con resultados ambiguos, envueltos en controversias y plagados de crisis de legitimidad. Por todas estas razones, esperamos que una mayor dependencia de la inteligencia artificial para el poder militar haga que el elemento humano en la guerra sea aún más importante, no menos.